España cuenta con numerosos palacios en los que se han alojado los monarcas. Se caracterizan por su fastuosa decoración y el elevado coste de su construcción. En Segovia, uno de los asentamientos más antiguos de España, hay un palacio llamado el Alcázar que impresiona tanto por fuera como por dentro.
El castillo está situado en una escarpa rocosa. Cerca de allí es donde el Eresma se encuentra con el Clamores. Las maravillas naturales hacen que el lugar sea realmente mágico y que uno quiera pasar el mayor tiempo posible en él. La posición elevada proporciona una magnífica vista de la belleza que se avecina.
El castillo del Alcázar fue construido a principios del siglo XII. Originalmente se presentó como una fortaleza árabe y se utilizó como un fuerte. Más tarde se utilizó como palacio real y luego como prisión estatal. El último uso del castillo fue como escuela de artillería real.
Hoy en día, el Alcázar es uno de los monumentos más famosos de España. Se considera un monumento arquitectónico, lo que aumenta su estatus. Los huéspedes pueden visitar las 11 lujosas habitaciones, así como la Torre Juan II. Hay un museo en el recinto del castillo. Cuenta con muebles antiguos, vidrieras únicas, numerosas colecciones de armas y armaduras, retratos de monarcas y mucho más.
La característica principal es la capilla. En su día fue «testigo» de la boda de Felipe II y Ana de Austria. En el interior de la capilla hay un cuadro de Bartolomeo Carducci. El artista, originario de Italia, sirvió al rey. El cuadro representa un tema bíblico: la Adoración de los Reyes Magos.
Los arqueólogos llevan mucho tiempo participando en el estudio de la zona. Se sabe que, a pesar de la respetable edad del edificio, todavía se considera relativamente joven. Antes de la creación del ahora conocido castillo en el territorio había fortificaciones dejadas por los representantes del Imperio Romano.
En el documento encontrado, fechado en 1120, el objeto local se denomina «una fortaleza en la colina de Eresma». Después de 35 años se llamó Alcázar, que significa «lugar fortificado» en árabe.
Originalmente, el castillo estaba hecho principalmente de madera. Sin embargo, durante el reinado de Alfonso VIII, la construcción fue reconstruida con piedra. El castillo acabó convirtiéndose en la residencia permanente de los reyes de Castilla. Además, se convirtió en una poderosa fortaleza que ni siquiera los ejércitos más fuertes pudieron derrotar.
No obstante, Felipe II quiso establecer una residencia real en Madrid, donde se dispuso un palacio real. El Alcázar acabó convirtiéndose en una prisión. En 1762, fue sede de la Real Escuela de Artillería, fundada por el rey Carlos III. La escuela dejó de existir tras un gran incendio que la dañó gravemente. Hoy en día el Castillo del Alcázar sirve de museo.