El Jardín Secreto de la Fundación Juan March en Madrid

Jardín secreto Salamanca

En el corazón del elegante barrio de Salamanca en Madrid se encuentra un tesoro cultural que ha permanecido oculto al público durante medio siglo: el Jardín Secreto de la Fundación Juan March. Creado en la década de 1970 como un espacio privado vinculado a la sede de la fundación, este refugio tranquilo se ha abierto recientemente a los visitantes de forma gratuita por primera vez en su historia. Hoy ofrece una rara combinación de escultura moderna y paisajismo natural, brindando un apacible respiro verde en medio de la energía de la capital española.

Un espacio histórico abierto al público

La Fundación Juan March ha sido durante mucho tiempo un centro para las artes, organizando exposiciones, conciertos y eventos culturales que enriquecen la vida intelectual de Madrid. Sin embargo, pocos conocían el jardín oculto en sus instalaciones. Durante décadas estuvo reservado para uso interno, sin acceso al público. Su apertura en 2025 marca un hito no solo para la fundación, sino también para la ciudad, ofreciendo a residentes y turistas la oportunidad de disfrutar de un rincón de arte y naturaleza en perfecta armonía.

La reapertura del jardín siguió a un cuidadoso trabajo de restauración que respetó su diseño original y, al mismo tiempo, garantizó que pudiera recibir visitas regulares. Se mejoraron los senderos, se cuidaron meticulosamente las zonas verdes y se seleccionaron las obras de arte para crear un recorrido visual coherente. Esta transformación asegura que el jardín sea ahora tanto auténtico en su historia como accesible en la práctica, sin perder su carácter sereno.

Los visitantes encontrarán un espacio concebido para invitar a una exploración pausada. A diferencia de parques más grandes o jardines formales, el refugio de la Fundación Juan March ofrece rincones íntimos donde la escultura y la vegetación interactúan, creando una atmósfera casi meditativa. Este equilibrio es lo que convierte al jardín en una adición cultural excepcional a los espacios públicos de Madrid.

El papel del barrio de Salamanca

Salamanca es uno de los barrios más prestigiosos de Madrid, conocido por sus amplias avenidas, tiendas de lujo y arquitectura refinada. El Jardín Secreto añade una nueva dimensión a este distrito: un discreto punto cultural que contrasta con la vida comercial activa de la zona. Su ubicación lo hace fácilmente accesible para quienes ya están explorando los museos, galerías y boutiques de Salamanca.

La reputación de elegancia del distrito se refleja en el diseño del jardín. En lugar de estructuras grandiosas e imponentes, el espacio prioriza la delicadeza y la intimidad. Esto refleja el encanto arquitectónico de Salamanca, donde la belleza suele encontrarse en los detalles más que en la escala. El resultado es una integración fluida entre el jardín y su entorno urbano.

Para los residentes, el jardín ofrece un momento de calma dentro de sus rutinas diarias. Para los viajeros, proporciona una muestra auténtica de la profundidad cultural de Madrid, más allá de las atracciones turísticas más conocidas. En ambos casos, enriquece la experiencia de Salamanca como un distrito que valora el arte, la historia y la calidad de vida.

Escultura moderna en un entorno natural

Una de las características más distintivas del jardín es su colección de esculturas modernas de reconocidos artistas españoles. Obras de Eduardo Chillida, Eusebio Sempere, Gustavo Torner y Cristina Iglesias se distribuyen por todo el espacio, creando un diálogo entre el arte contemporáneo y las formas orgánicas. Cada pieza ha sido elegida no solo por su valor artístico, sino también por cómo interactúa con su entorno.

Las obras de Eduardo Chillida, con sus formas abstractas y uso del hierro y el acero, aportan una fuerte presencia arquitectónica al jardín. En contraste, las esculturas inspiradas en el arte cinético de Eusebio Sempere transmiten sensación de movimiento y ligereza. Las piezas de Gustavo Torner exploran la textura y la forma, mientras que Cristina Iglesias contribuye con instalaciones intrincadas que interactúan directamente con elementos naturales como el agua y la luz.

El resultado es un espacio donde el arte no se confina a una galería, sino que se integra en el entorno vivo. Los visitantes pueden caminar entre las esculturas, observar cómo la luz solar cambia su apariencia a lo largo del día y apreciar la colocación cuidadosa que enmarca cada obra entre los árboles y senderos del jardín.

El arte como parte de la experiencia del visitante

A diferencia de las exposiciones tradicionales, las esculturas aquí forman parte de un entorno continuo al aire libre. Esto permite una interacción más personal: los visitantes no solo observan el arte, sino que lo viven como parte de un recorrido sensorial. El sonido de las hojas movidas por el viento, el aroma de las flores estacionales y las sombras cambiantes contribuyen a la percepción de cada obra.

Para los artistas representados, el jardín ofrece un marco que enriquece el significado de sus trabajos. La fuerza geométrica de Chillida se suaviza con la irregularidad de la naturaleza, mientras que las exploraciones de movimiento de Sempere adquieren una dimensión extra gracias al viento y la luz reales. Las instalaciones de Iglesias, en particular, ganan profundidad al situarse entre elementos vivos que reflejan sus temas.

Esta integración de arte y naturaleza refleja una tendencia creciente en la museología contemporánea, donde los espacios al aire libre se convierten en extensiones de las instituciones culturales. También está en línea con la misión de la fundación de acercar el arte al público, no solo en términos de acceso, sino en la forma en que las personas lo experimentan física y emocionalmente.

Jardín secreto Salamanca

Un oasis urbano tranquilo

El Jardín Secreto no pretende competir con los grandes espacios verdes de Madrid como El Retiro o la Casa de Campo. En cambio, ofrece algo más íntimo: un refugio cuidadosamente diseñado para que los visitantes puedan desacelerar y conectar con la naturaleza y la cultura. Su tamaño y diseño fomentan un ritmo pausado, permitiendo la reflexión y la apreciación.

La selección de plantas complementa las obras de arte sin eclipsarlas. Predominan las especies mediterráneas, como olivos, lavanda y arbustos aromáticos, que aportan una atmósfera claramente española. Los cambios estacionales añaden otra capa de interés, garantizando que las visitas repetidas revelen nuevos aspectos del espacio.

Los bancos están ubicados de forma discreta, ofreciendo lugares para sentarse y absorber el entorno. La ausencia de un gran flujo turístico contribuye a la tranquilidad, lo que convierte al jardín en un destino atractivo para quienes buscan un lado más contemplativo de Madrid.

Planificar la visita en 2025

Desde su apertura al público en 2025, la entrada al jardín es gratuita durante el horario de la fundación, normalmente coincidiendo con el calendario de sus exposiciones. Aunque no se requiere reserva, se controla el aforo para preservar el carácter tranquilo del lugar. Se permite la fotografía, aunque el uso de trípodes o equipos grandes puede estar restringido para mantener la accesibilidad.

Situado a poca distancia a pie de las principales atracciones de Salamanca, el jardín se puede combinar con visitas a museos o instituciones culturales cercanas. Su tamaño reducido permite recorrerlo en menos de una hora, aunque muchos visitantes prefieren quedarse más tiempo, utilizándolo como punto de descanso entre otras actividades.

Para los interesados en el arte contemporáneo español, el jardín ofrece una oportunidad única de ver obras importantes en un entorno diseñado para realzarlas. Para otros, es simplemente un lugar hermoso donde detenerse y disfrutar de un momento de calma en uno de los distritos más elegantes de Madrid.